¿LAS VERDADES HUMANAS SON RELATIVAS? (I)
Los
seres humanos, los únicos seres para quienes y por quienes existen verdades,
nos hemos situado en el mundo, hemos avanzado en él, hemos realizado grandes
transformaciones y conquistas, y nos seguimos proyectando en el tiempo gracias
a que nos basamos en un cúmulo de verdades. Sabemos, por ejemplo, que la Tierra
gira alrededor del Sol y que ma- ñana lo veremos “surgir” nuevamente al
amanecer; sabemos que el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo es igual a
la suma de los cuadrados de los dos catetos; sabemos que para viajar desde
América hacia África tardaremos un tiempo prudencial si nos embarcamos en un
avión; sabemos que todos alguna vez moriremos; sabemos que internamente
contamos con una estructura ósea; etc.
Es
muy difícil afirmar, como dice Aristóteles, que existan verdades eternas y
absolutas, pues ni la filosofía ni la ciencia lo pueden asegurar. Francis Bacon
(Inglaterra, 1561) decía que estamos acostumbrados a la regularidad y a la
sucesión, y esto nos hace pensar que cada efecto tiene su causa
correspondiente; pero no nos consta absolutamente que el principio de
causalidad (todo efecto tiene una causa) será siempre verdadero. Desde la
antigüedad, este tipo de reflexiones han hecho pensar a algunos filósofos que
“toda verdad es relativa” y que por tanto “ninguna verdad es absoluta”. Este es
el caso de Protágoras para quien: “el hombre es la medida de todas las cosas”;
este afirmaba que "tal como aparece para mí cada cosa, así lo es para mí y
tal como te aparece a ti, así lo es para ti: porque hombre eres tú y hombre soy
yo"; así identificaba la apariencia y la sensación, concluyendo que ambas
son siempre verdaderas.
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